En su cabeza, como una burla blasfema, resplandecía una corona de espinas, no impuesta por la devoción, sino por algo mucho más cruel. Las púas no solo perforaban su carne, sino que parecían hundirse en su mente, susurrándole secretos prohibidos. Sus ojos, vidriosos y febriles, reflejaban la demencia de un profeta caído, un paria atrapado entre el delirio y la verdad.
Pero su boca… su boca era peor. No solo escupía palabras retorcidas, plagadas de un veneno ancestral, sino que dentro de ella, en la negrura viscosa de su garganta, algo más acechaba. Un ojo. Un orbe palpitante, tembloroso, rebosante de una consciencia ajena. Veía, devoraba, comprendía.
Y entonces parpadeó.
Y en ese instante, el mundo supo que no era él quien estaba mirando.
Era aquello que habitaba dentro. Algo antiguo. Algo hambriento. Algo que por fin había despertado.

by LuiSaifer (2025) AlDesingStudiO313